Humberto Maturana (1928-2921), reconocido biólogo, filósofo y escritor chileno, galardonado con el Premio Nacional de Ciencias en 1994, realizó importantes contribuciones en el ámbito del conocimiento humano. Junto con su alumno y luego colaborador Francisco Varela, desarrolló el concepto original de la autopoiesis en su libro De máquinas y seres vivos (1972) «Autopoiesis» se refiere a la capacidad de los organismos vivos para mantener y renovar continuamente su estructura a través de la producción interna de componentes y la interacción con el medio ambiente.
Para comprender el funcionamiento de los sistemas vivos y su interacción con el entorno, Maturana consideraba fundamental el concepto de autopoiesis. Según su visión, todos los rasgos y características de un ser vivo emergen de manera auto-configurativa desde el momento de su inicio, en un proceso de epigénesis. Esto implica que la determinación de los rasgos y características de un ser vivo no es exclusivamente genética ni ambiental, sino una combinación de ambos.
La aplicación de la autopoiesis se extiende a diversas disciplinas, entre ellas el coaching. El coaching es una práctica que se centra en la transformación personal y el desarrollo del potencial humano. En el coaching, el concepto de autopoiesis de Maturana proporciona un marco teórico importante para comprender cómo los individuos construyen su realidad y cómo pueden generar cambios y aprendizaje en su vida.
En el contexto del coaching, la autopoiesis implica que cada persona es responsable de su propio proceso de cambio y crecimiento. Cada individuo tiene la capacidad de generar las transformaciones necesarias para alcanzar sus objetivos y mejorar su bienestar. El coach, a su vez, actúa como un facilitador que acompaña a la persona en este proceso, ayudándola a tomar conciencia de sus propias creencias, interpretaciones y patrones de comportamiento, y explorando nuevas formas de ser y actuar en el mundo.
Diversos autores han enriquecido la comprensión del concepto de autopoiesis en el contexto del coaching. Un ejemplo es Rafael Echeverría, quien ha impulsado la disciplina del coaching ontológico y ha explorado en profundidad los fundamentos filosóficos y epistemológicos detrás de esta práctica. En su libro «Ontología del Lenguaje», Echeverría explora la relación entre el lenguaje, la emoción, la acción y la realidad, y cómo estos aspectos interactúan entre sí, impactando en la interpretación que tenemos de las cosas para alcanzar nuevos y resultados.
Este enfoque del coaching, se centra en el desarrollo de metodologías que buscan aumentar el nivel de consciencia para ejecutar acciones más efectivas. El coaching ontológico persigue particularmente la transformación personal a través de la construcción de nuevas formas de interpretar y actuar en el mundo, influyendo así en la efectividad de la comunicación y la capacidad de generar nuevos y mejores resultados.
El concepto de autopoiesis de Humberto Maturana proporciona un marco teórico valioso para acompañar procesos de cambio y aprendizaje, ya que reconoce la capacidad de las personas para transformarse a sí mismas y generar nuevas posibilidades en su vida. A continuación, se presentan cuatro ejemplos prácticos de herramientas y técnicas utilizadas en el coaching que se basan en el concepto de autopoiesis:
Cuestionamiento de creencias limitantes:
En el coaching, se fomenta la identificación y el cuestionamiento de las creencias limitantes que pueden estar obstaculizando su crecimiento y desarrollo. Al reconocer que las creencias son construcciones internas, las personas pueden explorar nuevas perspectivas y generar cambios en su forma de pensar y actuar.
- Por ejemplo, un cliente que tiene la creencia de «No soy lo suficientemente inteligente para tener éxito en mi carrera» podría cuestionar esta creencia examinando las evidencias y buscando ejemplos de logros pasados que demuestren lo contrario (fenomenología) Al desafiar la creencia limitante, la persona puede abrirse a nuevas posibilidades y desarrollar una mentalidad más empoderada.
Construcción de nuevas narrativas:
En el coaching, se fomenta la capacidad de las personas para construir nuevas narrativas sobre sí mismos y su realidad. En lugar de verse como víctimas de circunstancias externas, se les anima a tomar responsabilidad de su propia vida y a crear historias que les empoderen y les impulsen hacia el logro de sus metas.
- Por ejemplo, un cliente que ha experimentado una serie de fracasos puede construir una nueva narrativa que se enfoque en el aprendizaje y la resiliencia. En lugar de verse a sí mismo como un fracaso, puede desarrollar una historia en la que se reconoce como alguien que ha superado desafíos y ha utilizado esas experiencias para crecer y desarrollarse.
Exploración de nuevas perspectivas:
El coaching promueve la exploración de diferentes perspectivas y puntos de vista, lo que permite a las personas ampliar su comprensión y considerar nuevas posibilidades. Al comprender que nuestras interpretaciones y percepciones son construcciones personales, se puede desarrollar una mentalidad más abierta y flexible.
- Por ejemplo, un coach puede invitar a su cliente a considerar cómo podría interpretar una situación desde la perspectiva de otra persona involucrada. Esto puede ayudar a la persona a desarrollar empatía, comprender mejor las motivaciones y necesidades de los demás, y generar soluciones más efectivas y colaborativas.
Generación de acciones y experimentación:
El coaching impulsa a los individuos a tomar acción y a experimentar nuevas formas de ser y actuar en el mundo. Al reconocer que somos agentes activos en la construcción de nuestra realidad, se fomenta la toma de decisiones conscientes y la implementación de cambios concretos.
- Por ejemplo, un cliente que desea mejorar sus habilidades de comunicación podría ser desafiado a practicar técnicas de escucha activa y comunicación efectiva en situaciones cotidianas. A través de la experimentación y la reflexión, el cliente puede aprender de sus experiencias y ajustar su enfoque para lograr mejores resultados en futuras interacciones.
En resumen, Humberto Maturana y su concepto de autopoiesis han tenido un impacto significativo para diversas disciplinas. Su enfoque en la capacidad de los individuos para autogenerar cambios y su énfasis en la interacción entre los seres vivos y su entorno proporcionan una base teórica sólida para comprender y facilitar el proceso de transformación personal en el coaching.
Al utilizar herramientas y técnicas basadas en este concepto, los coaches pueden acompañar a sus clientes a desarrollar una mayor autocomprensión, a desafiar creencias limitantes, a construir nuevas narrativas empoderadoras, a explorar diferentes perspectivas y a tomar acciones concretas hacia el logro de sus metas y el mejoramiento de su calidad de vida.